Hay que escucharles. Hay que vivirlo.
Hay que implicarse.
Hay que cambiar las leyes, las prioridades y las formas.
Hay que adoptar códigos éticos elevados y buenas prácticas, y abolir la cosmética.
Hay que mantener la sacralidad de las palabras que son de todos y no usurparlas.
Hay que restaurarlas y preservar su valor de uso, que no de cambio.
Pierde la dignidad quien no repara en hacérsela perder a su hermano/a.
Hay vidas en juego.
El poder no es el fin. El engaño no es el fin. El dinero no es el fin.
Hay que implicarse.
Hay que cambiar las leyes, las prioridades y las formas.
Hay que adoptar códigos éticos elevados y buenas prácticas, y abolir la cosmética.
Hay que mantener la sacralidad de las palabras que son de todos y no usurparlas.
Hay que restaurarlas y preservar su valor de uso, que no de cambio.
Pierde la dignidad quien no repara en hacérsela perder a su hermano/a.
Hay vidas en juego.
El poder no es el fin. El engaño no es el fin. El dinero no es el fin.
Sí- se- puede- sí- se- puede-sí- se- puede-sí se puede...
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