domingo, 18 de enero de 2015

Cae el telón: adios Sr Riego

Allá por el mes de marzo de 2013 y en una tensa sesión plenaria, el Alcalde de Carreño fue reprobado por todos los grupos políticos del Consistorio, cosa harto sorprendente, no tanto por la reprobación en sí, sino porque los artífices se hubieran puesto de acuerdo, y ello por una actuación que no desmerecería en nada a las que se le presuponen a un reyezuelo de alguna de aquellas repúblicas bananeras de triste recuerdo: prohibir una reunión, en un local municipal, de partidos políticos, asociaciones y sindicatos para debatir sobre las alegaciones a presentar contra el Plan de Residuos que prevé la instalación de una incineradora en nuestro patio trasero.

Puede que ese haya sido su canto de cisne, Sr. Riego, teatralmente no admite discusión y tal vez la anécdota sirva de ejemplo de manual para demostrar lo insano que puede ser para la salud democrática el mantenerse en el cargo durante cuatro legislaturas. Por si le sirve de consuelo, por aquello de mal de muchos……no está Usted solo, pertenece a esa estirpe de personajillos decimonónicos que la pervivencia del bipartidismo nos ha regalado y que en Asturias conforman un caciquismo “de izquierdas y progresista “, que se sustenta en una larguísima permanencia en el cargo, en municipios pequeños y con la bendición de la metrópoli (FSA), por aquello de mantener la plaza a costa de lo que sea y si no que se lo pregunten al ex Alcalde de Cudillero, el célebre Kiko, o al todavía todopoderoso Eustaquio Revilla, Alcalde de Grandas de Salime, que hasta se ha atrevido a desafiar al Gobierno del Principado en alguno de sus sonados abusos, obviando que eso de morder la mano que te da de comer a la larga trae consecuencias.

Mire Usted, Sr. Riego, no es cierto que haya sido una decisión personal la de no presentarse a la reelección, no insulte la inteligencia de sus vecinos. Su partido, ese al que Usted ha estado dispuesto a vender su alma ( de que otra manera se puede entender esa defensa contra natura de la necesidad de una incineradora ) le ha puesto en el dedo gordo del pié la etiqueta de cadáver político; Usted ya no es rentable, es más, es un peligro para la subsistencia del partido y no están los tiempos ni para lealtades ni para suicidios colectivos, que hay muchas familias que mantener dentro de la FSA, la calle es dura y hace frio. Una imputación por presunta prevaricación no es carta de presentación en estos momentos de la Historia.

En sus últimos cuatro años en la Alcaldía, este concejo suspende en asignaturas tan importantes como la necesidad de saneamiento, la de estabilidad de nuestras laderas y la lucha contra la contaminación de las aguas y del aire, siendo como somos un concejo rodeado de industrias altamente perjudiciales para nuestra salud, a las que hay que exigir el cumplimiento de la normativa y no cerrar los ojos a la evidencia; sin embargo su gestión ha defendido, contra la opinión de todos los grupos políticos con y sin representación en el Consistorio y el movimiento vecinal, la puesta en marcha de una incineradora de residuos que supondría un incremento homicida de la contaminación que padecemos. La lenta muerte por inanición de Perlora (que nadie se engañe, lo que han hecho estos últimos meses solo es una lavado de cara preelectoral), el cierre del Paseo Marítimo por el derrumbe del Monte Fuxa y el ensañamiento personal contra una familia desalojada de su casa por ello son otros ejemplos de su incompetencia. Añádase a ello su desprecio más absoluto al derecho vecinal a la participación en la gestión de lo público, en una clara manifestación de su falta de talante democrático y de consenso. Solo hay que escuchar los audios de las Plenos o asistir a los escasos Consejos de Participación Ciudadana (para que hablar del Consejo Sectorial de Medio Ambiente, reunido solo en dos ocasionesen los últimos cuatro años y que dada la preocupante situación que nos afecta a todos, debería estar en la agenda de gobierno como tema prioritario), para demostrar estas afirmaciones. 

En su descargo y teniendo en cuenta que ha gobernado en minoría, tales actuaciones le han sido servidas en bandeja por la falta de una oposición política seria e interesada en los problemas del concejo, en vez de los suyos propios y con el argumento predominante de la defensa de una ideología, de derechas o de izquierdas, absolutamente sectaria y fuera de contexto, cuando se están tratando temas que trascienden cualquier enarbolamiento de banderas.

Malos tiempos para la lírica, decía la canción, y es que en política aquello de cualquier tiempo pasado fue mejor no tiene porque ser cierto. Que le vaya bonito, Sr. Riego.

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