Día triste para la vecindad de este municipio, las aguas de la playa de Palmera no son aptas para el baño después de los análisis de calidad efectuados por la Consejería de Sanidad, algo que preveíamos desde el pasado domingo, a raíz de incidencias constatadas por el servicio de salvamento de Cruz Roja. Desde ese día y siguiendo la tónica a la que nos tiene acostumbrados, el Equipo de Gobierno Municipal ha intentado acallar las voces tanto de esta Asociación Vecinal como la de algunos partidos de la oposición, (otros no están ni se les espera) quienes, haciendo uso de legítimos derechos ciudadanos, exigíamos información y actuaciones concretas e inmediatas.
Ya saben lo que dijo el Sr. Guerra: el que se mueva no sale en la foto, máxima popular que ya forma parte de la cicatería en la que se ha convertido la forma de entender la cosa pública por parte del Partido Socialista de Carreño. En definitiva, negar las evidencias y matar al mensajero o también aquello de que la mejor defensa es un buen ataque, olvidándose por el camino de que el ciudadano de a pié no es el enemigo a abatir.
Llegados a este punto y después de una legislatura que podría pasar a los anales de la historia de Carreño como el mejor ejemplo de cómo lograr el premio a municipio ejemplar en desastres medioambientales, sigan Ustedes defendiendo una macro incineradora en nuestro patio trasero, continúen entorpeciendo la canalización al saneamiento de ciertas comunidades de vecinos de nuestro pueblo por inconfesables cuestiones personales que no legales, coloquen muros vergonzosos para contener argayos sin fronteras que inexorablemente obedecerán las leyes de la gravedad, castiguen burocráticamente sin piedad y con una saña desproporcionada a una familia desahuciada de su casa y de paso tomen el pelo a todo el vecindario teniendo el paseo marítimo cerrado al tráfico durante un año sin justificación alguna, consientan con un silencio cómplice desastres ecológicas causados por multinacionales que pagan bien los favores prestados en forma de prebendas y apoyos inconfesables en consejos de administración de antiguas Cajas de Ahorros, Puerto de Gijón y demás canonjías, difamen en bares y esquinas a las voces críticas que demandan participación constructiva de la ciudadanía y luego pidan nuestro voto el próximo mes de mayo. Tal vez y a pesar de las primarias, los Madina y los Pedro Sánchez se lleven una desagradable sorpresa.
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