ELECCIONES MUNICIPALES Foto Asociación Vecinal de Candás, 24 de mayo de 2015
Después de la resaca electoral, llega el tiempo de los pactos. Es hora de acomodarse y vislumbrar hueco allá donde por ahora solo hay vacio, y es que el “horror vacui” no solo vale para la pintura y el arte gráfico en general, y sino que se lo digan a los elegidos por las urnas
Hay que encontrar asiento y a ser posible que esté ya caliente por el uso, por aquello de que la costumbre y las rutinas tranquilizan las conciencias.
Está en la naturaleza del hombre el buscar alianzas, la compañía de otros ahuyentó el miedo a la oscuridad en los tiempos de las cavernas y en política, mas bien en las malas artes de la política con minúscula, el tener que buscarse la vida más allá de la certidumbre de años en el poder asusta más que una fiera gruñendo en la entrada.
No importa que se vendan los principios, menos aún les incomoda que el mantra aquel de” yo tengo vocación de servicio público “, de la que se llenaron la boca las dos últimas semanas, haya desaparecido de su vocabulario.
Ahora toca el intercambio de cromos en el patio del colegio y aquí hay que sacar la limpieza de sangre, el cristiano viejo, la izquierda y la derecha, el ying y el yang, el maniqueísmo de siglos, o lo que es lo mismo, el pensamiento judeo cristiano llevado a sus últimas consecuencias.
Los problemas reales del ciudadanito de a pié no están en la agenda de estos politólogos de opereta, por mucho que se empeñen en demostrar lo contrario. Lucharán en despachos, se citarán en cafeterías, se mandarán correos, despotricaran en los periódicos y en las redes sociales, culparán al contrario de desmanes varios y jurarán en arameo que ellos son la quintaesencia de la honradez y de la pureza.
Al final las aguas volverán a su cauce, todo seguirá igual y tendremos, previo pago de la correspondiente canonjía (concejalía liberada u otras prebendas varias) caras nuevas en el coro que acompaña a los solistas.
Bienvenidos a la nueva Corporación del Ayuntamiento de Carreño, donde como decía el príncipe de Salina en el Gatopardo, algunos han cambiado para que todo siga igual.
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