.............FOTO: Archivo - A.VV. de Candás
A dos semanas escasas para las elecciones, los contendientes adornan con saldos el escaparate de sus tiendas de campaña.
Los altavoces de la propaganda pregonan el chamarileo del todo a cien, con tal de arrimar el ascua electoral a la sardina de cada sigla. Cada ciudadano, un voto; y cada político, una promesa.
Ocurre que en época de vacas escuálidas, prometer la luna de Valencia es quedarse en cuarto menguante, como auguran las encuestas al PSOE. Abrió la tómbola y parece que el PP se ha quedado la mayoría absoluta de los boletos.
Mas conviene no fiarse de las gangas: las promesas electorales suelen tener las piernas cortas, aunque en campaña electoral las mentiras caminan con zancos.
Francisco García
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