viernes, 29 de abril de 2011

De cargos públicos

..............FOTO: Archivo A.VV. de Candás
Pueden haber concluido o no su programa electoral; lo más seguro es que no lo hayan hecho y pasarán página sin ningún tipo de rubor teniendo siempre a mano un montón de justificaciones: subvenciones, la CUOTA, contratos, expropiaciones, formas de licitar, plazos concluidos, partidas agotadas? En fin, todo lo habido y por haber.

Pero si han sido honestos con el erario y las arcas municipales y si se les ha visto voluntad, implicación, progreso con ideas y proyectos de futuro y «planes de regreso» para recoger y ayudar a los que se quedan por el camino sin techo, sin pan y sin trabajo, nada que decir.

Por el contrario, mucho que alegar con laudes para su gestión. Pero si a un cargo público le falta el valor más sublime y alto para desempeñar su gestión, es decir, la dignidad, entonces le habrá faltado todo. A partir de aquí, cuanto haya hecho por la comunidad carecerá de valor.

Si un cargo electo resulta un ser indigno y el pueblo no se indigna se volverá tan indigno como él. ¡Indignaos! Razones no nos faltan. ¡Haití, mon amour!
CelsoPeyroux

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