Los mercados se imponen a la política, que ya no es el arte de resolver los problemas de los ciudadanos, sino el entreguismo de permitir que sean otros, a miles de kilómetros de distancia, los que saquen las castañas del fuego.
Avanzamos hacia una alarmante pérdida de soberanía y hacia una mengua imparable de la altura de miras, tal que las cumbres europeas han menguado a serranía. La que se avecina es la Europa de los jardineros: la de la tijera de poda, para ver si queda decente el seto.
Francisco García
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