.........................................EL PARQUE DE ENTRELLUSA Foto: Mónica G.. Salas
Mónica G. SALAS.- LNE. Los juegos de pelota dividen a los vecinos del barrio La Cruz, en Candás. Mientras que unos aseguran que las prácticas deportivas en el parque Entrellusa son inadmisibles al utilizar los niños las fachadas y los soportales de los edificios como frontón, otros, en cambio, consideran que la situación no es tan dramática y piden "flexibilidad" a las voces más críticas.
El mismo escenario de polémica que se repite en el Ayuntamiento de Carreño, donde el gobierno socialista y los grupos políticos de IU, UICA, PCPE y COCA creen "innecesario" crear un reglamento que regule la convivencia ciudadana en el concejo. Por su parte, el PP ha presentado un texto tomando como referencia la normativa aprobada recientemente en el Consistorio gijonés y que propone prohibir los juegos de balón que impliquen utilizar como portería los edificios e instalar en sus rejas canastas o aros para la práctica del baloncesto.
Esta ordenanza es bien vista por parte de los vecinos que, afirman, sufren a diario los "balonazos" de los niños. "Mientras que los padres están en el bar, los críos se pasan toda la tarde a pelotazo limpio golpeando coches, fachadas, ventanas... Y si se les llama la atención te contestan mal", explica Adriana Quijano, especialmente molesta con la situación que se vive en el parque Entrellusa, junto al colegio San Félix.
Como ella, un colectivo de vecinos, que prefiere mantenerse en el anonimato y que ayer atendió a este periódico, denuncian que la vida en el barrio es "insoportable". Aunque matizan que más que por la pelota, es por la "falta de civismo de los jóvenes y sus padres". "Nosotros no estamos en contra de que jueguen en la plazoleta; todo lo contrario, nos encanta. Lo único que pedimos es un poco de control, porque estropean ventanas y farolas, juegan días hasta las doce de la noche o una de la madrugada, no nos dejan dormir...", manifiestan. Y para ello creen que sería necesario una mayor presencia de la Policía Local en la zona. Más aún, cuando precisan "no son casos aislados", sino un problema que viene produciéndose con frecuencia desde hace más de cinco años. Además, los causante de los daños al vecindario, según explican, son jóvenes "de entre 12 y 14 años que utilizan balones reglamentados, no de plástico" y que "cualquier día pueden ocasionar una desgracia en la zona infantil"
En el lado opuesto se encuentran otros vecinos del barrio, aunque no residentes en la misma plaza, que se oponen a la normativa que promueve el PP y que también apoya Foro, por considerarla "excesiva", como opina Juan Carlos Fernández, que frecuenta la zona infantil del parque Entrellusa con sus hijos. De la misma idea es José García, que formuló la pregunta más se repite entre este grupo: "Y si prohíben la pelota aquí, ¿dónde van a jugar los niños?". Porque según indican los usuarios del recinto candasín, no hay otra zona donde los jóvenes puedan divertirse con el balón.
Además, afirman que los niños no molestan a los residentes del barrio ni hacen "nada fuera de lo normal". "Las quejas son exageradas; tengo amigos que viven en la plazoleta y no protestan", dice Belén Rodríguez.
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