lunes, 14 de octubre de 2013

Cultura okupada

Cultura okupada Patrick Thomas
ÁNGELES CASO-LA VANGUARDIA. Si algo he echado siempre de menos en este país nuestro, es la existencia de redes de organización ciudadana. Somos, qué duda cabe, un pueblo entregado a la calle, amantes de la jarana y la fiesta, dispuestos siempre a comer y beber hasta caernos al suelo y a ocupar los espacios públicos al mínimo pretexto, llenándolos de chiringuitos, desfiles, procesiones, verbenas y aglomeraciones de todo tipo. Nos encanta el gentío, el follón, la masa enardecida y ruidosa. A chillones y juerguistas no hay quien nos gane.

Carecemos en cambio de una auténtica vida comunitaria destinada a la reflexión, el aprendizaje o el disfrute tranquilo de la cultura en el sentido más amplio de la palabraPor eso he envidiado siempre la capacidad de los ciudadanos de otros países para organizarse en ese sentido, al margen tanto de las instituciones públicas como de las empresas comerciales. Siempre me ha maravillado la intensa actividad vecinal de tantas ciudades y pueblos europeos...  PINCHA para leer más

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