Asturias se convierte en la primera región no histórica que adelanta elecciones, en un proceso que podría dejar al Principado sin Gobierno hasta finales de mayo.
Nunca antes las formaciones políticas de Asturias habían tenido tan poco tiempo para organizarse de cara a unas elecciones. La repentina convocatoria a las urnas que ayer protagonizó Francisco Álvarez-Cascos ha cogido a contrapié a los principales partidos de la región, que deben tener cerradas sus candidaturas en un plazo máximo de veinte días, según la ley Electoral, para iniciar una campaña que arrancará el 9 de marzo.
El Principado se convierte además en la primera comunidad no histórica que adelanta elecciones -a excepción de la repetición de Madrid en 2003 por la rebelión de dos diputados socialistas contra su partido en la sesión de investidura-. Además, la región podría quedarse sin nuevo presidente hasta finales de mayo.
El tiempo apremia a las direcciones regionales de las fuerzas políticas asturianas, que deberán cerrar sus listas entre los días 14 y 19 de febrero. Un récord si se tiene en cuenta que ninguno de los partidos con representación en la Junta confirmó ayer quién será su cartel. El 21 del próximo mes se harán públicas todas las candidaturas y se abrirá un plazo de impugnación, previo a la proclamación.
A partir de ese momento arrancará una carrera que culminará el día de las votaciones, paso previo a la constitución de la Cámara, lo que supondrá el inicio de la novena legislatura desde que Asturias accedió a la autonomía. Previsiblemente, el próximo presidente regional no tomará posesión hasta finales de abril o principios de mayo, poco antes de que se cierre el período de sesiones del Parlamento debido a las vacaciones estivales, por lo que la actividad legislativa no será regular hasta septiembre.
A partir de ahora se abre el segundo período en menos de nueve meses para elegir a los 45 representantes de los asturianos que ocuparán escaño en el Parlamento. Un sprint hacia la victoria electoral.